París tiene fama de ciudad cara, y de hecho lo es. La mayoría de viajeros
lo notan sobretodo en la restauración y en el transporte, actividades que pueden
vaciarte los bolsillos sin que te des casi cuenta. Pero... ¡Atención! Hay
algunos truquitos que harán que podáis disfrutar a tope de la capital sin que
vuestra tarjeta de crédito se queje demasiado.
1. De l’eau,
s’il vous plait
Ya sé que a todos nos apetece una copa de vino, una cerveza o un refresco
pero... Lo cierto es que una copa de vino de la casa en el barrio Latino ronda
los 7-8 euros, la coca-cola 5 euros y la pinta de cerveza entre los 7-8 euros. En
cambio siempre podéis optar por pedirle al camarero “De l’eau, s’il vous
plait”. Los restaurantes sirven agua GRATIS, es agua del grifo pero os prometo
que está buena. Si pensáis que cada plato, ya sea ensalada, pescado, arroz o
carne, suele tener un precio mínimo de unos 9 euros, seguro que ya no os parece
tan mala idea eso de beber agua. ¡Además, siempre estáis a tiempo de tomar una
copa antes de regresar al hotel! Las conexiones de metro funcionan a las mil
maravillas, y si queréis variedad de oferta y de precios, el barrio Latino es
una buena opción. Des de creperías, hasta comida italiana, “típica” de Francia
(es decir, menú turista 10 euros sin bebida), kebabs, muchos bistrot,
bombonerías, locales de copas o pubs con música en directo.
2. Creppes a
pie de calle
Aunque muchos restaurantes ofrecen creppes y tartas quiche Lorraine, el
precio por comer sentado y con camarero se duplica hasta los 9-15 euros. Es
cierto que la variedad de creppes y lo que cuestan disminuye significativamente
si se compran en un puestecito a pie de calle (4 euros), pero siguen estando
deliciosas y recién hechas. Además son un extra de energía para seguir
recorriendo una de las ciudades europeas más monumentales. Cruzando al otro
lado de la parada École Militaire, entre los Inválidos (tumba de Napoleón) y la Torre Eiffel, hay un puesto de
creppes y sopas. Es un buen sitio porque está a cinco minutos de ambos
monumentos, es barato, y sirven creppes dulces y saladas para llevar muy rápido
y muy bien. Además tienen sopas de verdura, que en esos días en los que la
lluvia te pilla por sorpresa, son grandes aliadas para recobrar el ánimo y el
calor.
En cuanto a las quiches, en la mayoría de panaderías de barrio las
encontraréis muy bien de precio, sobre las 2,5 – 3 euros. Si os va de paso, a la salida de la
parada de metro Balard, en el Bd Víctor, hay una boulangerie justo en la
esquina con café con leche para llevar a 1,50 euros (sí, increíble pero
cierto), bollería muy muy rica por menos de 2 euros, y tartas quiche
individuales de bacon, queso de cabra o espinacas, entre otras especialidades.
Otro lugar algo alejado pero de camino si vais a visitar el canal Saint Martin
que aparece en la película Amelie,
es una panadería que se encuentra justo en frente de un MCDonald’s que hace
esquina con el metro, al lado de un Subway. Imposible destacar algo... Tartas
de fresa, quiches, sándwiches dobles de queso, cruasanes... Exquisito y barato.
3. La happy hour de Amelie
En Pigalle, en la calle Lepic, justo al lado del Moulin Rouge, está el Café
des Deux Moulins, la cafetería en la que se rodaron algunas de las escenas más conocidas
de la película Amelie. Aunque queda poco del atrezzo de la película, seguro que
reconoceréis los bancos dónde Amelie coincide con Nino, y si vais al wc
encontraréis un santuario con pequeños detalles de la película. La cafetería es
un punto de encuentro para muchos turistas, porque está justo al lado del
barrio de Montmartre, escenario también de algunas de las escenas de Amelie,
como por ejemplo la frutería o las escalinatas del Sacre Coeur. A lo que vamos,
de 19 a
22 horas, el Café des Deux Moulins ofrece la
Happy Hour, con prácticamente la totalidad
de la carta a mitad de precio. Así que podéis tomar tranquilamente una pinta de
cerveza por menos de 4 euros, como en Barcelona, o un cocktail a 3,90 euros.
Más barato y en un sitio más encantador, imposible.
4. ¡ Sube los escalones de la
Torre Eiffel !
La Torre Eiffel es la visita obligada de París. Todo
el que va se acerca y presumiblemente sube para admirar y palpar ese pedazo de
historia, y quedarse prendado de las vistas a la ciudad. Para evitar colas y
ahorrar unos eurillos podéis comprar las entradas con antelación (mínimo un
mes) a través de la página oficial www.tour-eiffel.fr.
Otra opción un poquito más barata es comprar las entradas a pie de torre, y subir
los dos pisos de la torre por las escaleras, y el tercer piso en ascensor. Ahorraréis
unos 6 euros, pagando tan sólo 9 euros de los 15 euros que vale la entrada con
ascensor hasta la cumbre.
5. Sobrevivir al metro, el RER o el tranvía
Mi primer viaje a París es muy reciente. A finales de abril de este mismo
año, cogí un vuelo Barcelona – Beauveais, y cuando por fin llegué con el autobús
que conecta el aeropuerto con la ciudad, a la parada Porte Maillot, el panorama
que encontré fue desolador... Aglomeraciones y colas de más de 45 minutos para
comprar los pases de metro. Además los operarios despachaban a los turistas con
abonos de tres días de 'París Visite' para todas las zonas de París que costaban unos 40
euros. ¡Error! No caigáis, no compréis el 'París Visite' ni el abono ilimitado de
un día... Porque sólo sirve un día y no vais a hacer tantos viajes. Durante 3 días
me desplacé en metro, bus, tranvía y RER con sólo un paquete de 10 tiquets, que
vale 13,70 euros. La razón básica es que son títulos integrados que valen para
los tres transportes, y que puedes reutilizar si han pasado menos de dos horas
aproximadamente. Si no vas a Versalles o Disneyland, no necesitas un billete de
más de 1-2 zonas. Hacedme caso, si vais a estar un fin de semana largo, con un
paquete de 10 tiquets por persona será suficiente.